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Nuestro objetivo es devolver algo a la naturaleza.
En la mayoría de los casos, las tuberas explotadas agrícolamente se pierden de manera permanente y provocan una destrucción definitiva de las turberas. No obstante, numerosas empresas dedicadas a la turba contribuyen hoy en día a que Baja Sajonia asuma un papel de liderazgo a nivel internacional en el ámbito de la recuperación de las turberas.
Desde hace ya muchos años, la industria de la turba no solo da gran importancia a una extracción que sea en la medida de lo posible respetuosa con los recursos y con el medio ambiente, sino que también se preocupa de que las turberas sean recuperadas con posterioridad.
Por ello, la recuperación no se inicia solo una vez se ha terminado la extracción, sino que lo hace ya en paralelo durante la extracción de turba. En un primer paso, esto significa sobre todo que las superficies se vuelvan a humidificar, lo cual tiene lugar con el agua de lluvia. De ese modo, la capa residual de turba se esponja y ofrece nuevamente dentro de pocos años el hábitat adecuado para la vegetación de turbera, los musgos de turbera, las hierbas de la lana y otras plantas típicas de la turbera. Así, poco a poco se va creando una nueva turbera.
Hoy en día hay ya más de 13.000 hectáreas de las antiguas superficies de extracción de turba que se encuentran en fase de recuperación. Hasta 2040 serán aprox. 27.000 hectáreas. La industria de la turba contribuye también de forma decisiva a que se vuelvan a crear paisajes típicos de turbera. Esos paisajes se encuentran bajo protección natural permanente.